Originalmente tenía planificado dedicarle un reportaje a cada una de mis 10 películas preferidas de la década, sin embargo, después de ver el top 100 de animes por Mathew Li (del gran canal RCAnime) no pude quitarme la idea de la cabeza. Es el encanto de los tops, ya lo dijo algún Youtuber en algún vídeo, fáciles de leer y procesar. También lo dice Digibro, no hay nada más divertido para un fanático que hacer un top de sus preferidos.
Ha sido una larga década, he visto 827 películas y aún así, es una cantidad ridículamente corta e ínfima, especialmente películas «internacionales» (me comprometo ver más cine que el americano, el próximo top 50 estará mucho más nutrido). Además, el tiempo va cambiando al criterio, por eso tal como mi lista de Waifus, tengo la intención de actualizarla cada vez que considere necesario, no en vano, este es mi testimonio de los 10 años que han transcurrido.
Obviamente el factor predominante son mis gustos y criterio, también he considerado lo históricamente trascendentales de las mismas pero siempre priorizó mi subjetividad (eso sí, justificada). Sin embargo estos argumentos son más bien generalizaciones de razonamientos, entremezclados a mis propias experiencias, si quisiera defender correctamente la posición de cada una debería escribir su respectiva reseña, algo que no pretendo hacer. Temo que deberás verlo como una introducción, invitación para verlas.
Respecto a lo qué ha pasado en estos años, sin duda merece un largo análisis que no tengo intención de escribir, mi más sincera opinión es que, aunque ha habido calidad, ha sido la década más floja desde los años 60. Por supuesto que hay obras maestras, pero cada vez más escasas (aunque supongo que sólo es mi punto de vista, el tiempo terminará poniendo todo en su lugar).
Superhéroes y más superhéroes, un WarrenVerso, el regreso de Star Wars, el final de Harry Poter, la decadencia y renacimiento de la animación americana, el poderoso avance de oriente, la tendencia remake, ascenso de jóvenes promesas, máximas obras de viejas leyendas, Hollywood Vs Streaming, el fin de la televisión, #MeToo, la victoria de lo políticamente correcto, la agonización de los Oscar, el auge del movimiento crítico de Internet… definitivamente, unos 10 largos años.
Dedico este top ha las horas invertidas, por (absolutamente) todo lo visto, en espera de unos aún mejores 10 próximos años, brindo por lo que ha pasado, en memoria de lo vivido y en expectativa del futuro.
POR UNA MEJOR DÉCADA!
50. Little Women (Greta Gerwig, 2019)
Segunda película de Greta, la confirmación para quienes creían que Lady Bird sólo fue una casualidad. Cuarta adaptación cinematográfica del clásico literario, que Gerwig ni corta ni perezosa se las ingenia para darle un nuevo giro de tuerca. Tierno relato que entremezcla nostalgia, descubrimiento y expectativa, donde cada protagonista es una reivindicación de un sentido de vida, de una actitud, de un modo. Firme paso para una prometedora cineasta.
49. The Square (Ruben Östlund, 2017)
En una década atestada de discusiones de snobistas, significados del arte y sentidos de contemplación, Ruben llega a desenmascarar las pretensiones ridículas de quienes se alzan orgullosos de tener una respuesta. Que si hay arte, que si no hay arte, que si hasta donde puede transgredir, que si aquello le da significado, que si acaso siquiera importa, o nada lo hace, al menos no, no dentro del cuadrado.
48. Beoning (Lee Chang-dong, 2017)
Que nunca te digan que un cuento es demasiado corto para una película. De un relato corto de Murakami hay 2 horas y media de un misterio cocido a fuego lento, de contemplación ansiosa, de seguridad nerviosa, de una certeza incierta. Conforme absorbe al protagonista, también ahoga al espectador, al que se le asigna la tarea de responder que ha pasado en el final.
47. US (Jordan Peele, 2019)
Alabado sea Peele, que rescata al género de terror de las dos vertientes extremas y más proliferantes de los últimos 10 años, si no eres un jumpscare te toca ser una obra indie refugiada en el «autor» para pretender tu valor. Hasta que llegó Jordan a decir NO, ya llegaremos a eso. La segunda película de Peele como director es ratificación de que la promesa es real, satírica sin ser orgullosa, divertida sin perder seriedad, aterradora en sus formas pero todavía más en sus implicaciones. Jordan propone, y el espectador no puede resistirse.
46. The Conjuring (James Wan, 2013)
No soy fanático de Wan, pero no puedo dejar de admirar al conjuro. Como una película de terror de las clásicas, con pocos efectos, apoyándose en ambientación, actuación, ósea, en una gran dirección. Llena de detalles, merecedora del adjetivo de «artesanal», logra una historia tan simple como atrapante. Lamentablemente sería el comienzo de un universo ya explotado hasta al ridículo, pero eso no le quita su estatus de referente en cómo hacer las cosas a la vieja escuela.
45. Ad Astra (James Gray, 2019)
Uno de los cineastas más injustamente ignorados de la década, Gray ha demostrado que tiene un buen pulso para guiar sus historias. Capaz de manejar secuencias visualmente impactantes sin olvidarse de la narrativa, logra la perfecta unión de ambas logrando que sean largometrajes imposibles de apartar la mirada. Si bien Ad Astra está plaga de monólogos, el enfoque narrativo lo exige, pero no se relaja en ellos, siempre busca captar la atención desplegando toda la técnica visual. Una Opera espacial como pocas, que hace años no veíamos en pantalla. Viaje al profundo espacio, a lo más hondo del ser humano.
44. The Great Gatsby (Baz Luhrmann, 2013)
Todavía no comprendo cuál es la causa del recibimiento tan agridulce que recibió, cuando es, sin lugar a dudas, la adaptación perfecta del clásico norteamericano. Cada elemento del original está donde debería, sus aportes como versión visual es dotarle de toda la pomposidad y extravagancia que necesitaba, de darle sentido a los símbolos que utilizó Fitzgerald, portento sobre como deberían ser las adaptaciones. La melancólica luz que ve Gatsby al fondo de la bahía.
43. Rush (Ron Howard, 2013)
Velocidad, autos, unas cuántas mujeres, pero sobre todo, rivalidad. Hemsworth y Brühl encarnando una de las competencias más memorables de la Fórmula 1, una biografía completamente correcta con lo que pretende ser, y sobre todo, no se contiene en volverlo memorable. Verse en una buena pantalla, con un gran sonido, para ser sumergido por el sonido de los motores.
42. Tangled (Nathan Greno & Byron Howard, 2010)
Que alegría siento cuando veo la creciente popularidad que ha ido adquiriendo con el paso de los años. Desde que la vi en su estreno me había gustado, una historia típica pero cuidadosamente ejecutada, con personajes queribles y memorables, con el paso de los años fui aprendiendo más acerca de su animación y la odisea que fue producirla, aumentando mi admiración. ¡Un hurra por la última gran princesa Disney!
41. Rise of the Planet of the Apes (Rupert Wyatt, 2011)
Tomen nota, así se hace un reboot. Desde una mirada más científica, más contenida, a la vez que más única, el nuevo empezar del planeta de los simios tuvo un guión que supo como posicionar cada elemento, una tecnología de captura de movimientos ideal para darle identidad al ya legendario protagonista. El comienzo de una trilogía con algunos altibajos, que aún así nadie pone en duda su excelente arranque.
40. Gone Girl (David Fincher, 2014)
«Imagino abrir su hermoso cráneo… intentar buscar respuestas». A primera vista es uno de los relatos de misterio hábilmente hilados, con una dirección soberbia, una trama que siempre juega con las expectativas, actores a la altura de sus exigentes roles. A segunda vista es una obra que explora la comunicación, entre la pareja, los medios, las apariencias. Al tercer visionado es sencillamente, una maravilla.
39. It Follows (David Mitchell, 2014)
Venga va ¿Qué es más aterrador que algo que te siga? Si si, nada más eso, seguirte, no importa que tanto camines no donde estés, ahí está atrás tuyo, cada vez más cerca. No sabes que vaya a pasar cuando te alcance, sin embargo, no quieres rendirte a la curiosidad para averiguarlo, algo te dice que no lo hagas, sólo puedes vivir en tensión. Sólo mirar hacia atrás, fijarte en que tanto ha avanzado.
38. Relatos Salvajes (Damián Szifron, 2014)
Las antologías son encantadoras y adquieren todavía más encanto cuando son concisas con una visión general. Relatos Salvajes son historias de violencia y venganza, de exhibir al ser humano, su personalidad retorcida y sanguinaria, todo bajo un prisma crudo, exagerado y muy divertido. Elige tu preferida, todas son tan descarnadas que lo tendrás difícil, a lo mejor será la historia que más exageradamente factible te parezca.
37. Logan (James Mangold, 2017)
En estos años llenos de superhéroes hemos visto comienzos y tristes despedidas. La mejor última crónica vino del estudio que menos me imaginaba. Fox no administró bien los X-Men, pasa a la historia como una franquicia muy fiel a las formas de los cómics: Línea temporal indefinible y obras tan buenas como malas. Pero Logan afortunadamente no fue una mancha, fue una poderosa luz, el cierre de Wolverine a través de una épica de personajes, de peleas sin auto indulgencia, de una densa melancolía capaz de terminar en nota esperanzadora. No pudo pedir más el personaje, siempre estará en nuestra memoria.
36. Foxcatcher (Bennett Miller, 2014)
Los du Pont son una de las familias más emblemáticas de Estados Unidos, con inmensa fortuna y poder, que curiosamente (o esperablemente) tiene una línea de psicopatía. De los más conocidos es John Eleuthére du Pont, interpretado por Steve Carrell en uno de los mejores papeles de su carrera. Tensionante relato de sórdida obsesión, donde la interacción de los protagonistas es cada vez más asfixiante hasta su previsible, y aún así, impactante final.
35. American Sniper (Clint Eastwood, 2014)
Me hace gracia como una de sus críticas es «pura propaganda», cuando el cine en general está repleto de propaganda y eso no indica que la obra tenga menos valor (si es que una de las mejores películas de la historia también es propaganda). Por supuesto que es propaganda, es de Clint, republicano durante décadas, que no duda en mostrar los valores americanos en sus películas, y que de todas formas no impide criticar a su manera. American Sniper puede tener un poco de la gloria americana, pero su tramo final, alrededor de los soldados veteranos, revela su descontento, su crítica a la maquinaria belicista. Le doy el mérito de contar con una de las secuencias de créditos más acojonantes que he visto.
34. Call Me By Your Name (Luca Guadagnino, 2017)
Estatuas romanas, figuras masculinas en atardeceres italianos, un exótico verano adolescente, un romance homosexual de esos que se recuerdan toda la vida. El valor de la dirección de Luca es tomar la descripción narrativa y literaria, convertirla en imágenes de ensueño, dotarle de colores y tonos a esa anécdota tan especial, con sus alegrías, y especialmente, tristezas. Una postal de las que se recuerdan con una sonrisa.
33. Lady Bird (Greta Gerwig, 2017)
Uno de los mejores debuts en dirección que recuerdo. Greta comenzó con la historia que necesitan ver las juventudes femeninas, obsesionadas en irse, en el viaje, en el futuro, egoístas mientras se creen empoderadas, para ser golpeadas con una realidad implacable, que las hace añorar al pasado. Ni necesitaba de imágenes impactantes o secuencias extravangantes, sólo bastaba un suburbio y una familia como cualquier otra.
32. The Lighthouse (Robert Eggers, 2019)
Os debo el rewatch de The Witch. La segunda película de Eggers es un relato de marineros, una isla desierta, gobernada por un misterioso faro, donde dos hombres caen en la locura de estar juntos, por la influencia de los mitos locales, por la pérdida entre aquello que real y lo que no, por el faro que parece lo único tangible, por Pattinson cada vez menos cuerdo, por Dafoe ya habiéndose perdido a sí mismo, por la isla, la desierta aunque no lo suficiente, isla.
31. Get Out (Jordan Peele, 2017)
La genialidad del guión será digna de estudio en los próximos años. Toma un acercamiento pocas veces visto de un tema ya tan presente desde hace décadas como es el racismo, a través de la admiración de los cuerpos, la envidia y falta de empatía. Podrá tener desarrollo previsible, más es en las implicaciones donde auténticamente cobra terror lo que sugiere. Efectiva a la par que aterradora, un relato compacto, inolvidable, que sólo es la primera muestra de la capacidad de Peele.
30. The Lost City of Z (James Gray, 2016)
No lo niego, me obsesionan los misterios tipos Oppart, civilizaciones perdidas o fallas temporales, desde la sinopsis, Z tenía todo para conquistarme. Porque cuenta con ese halo de misterio de un algo que está ahí y que impide verse, sumale una reflexión acerca del egocentrismo europeo, el alma aventurera y la satisfacción humana. La máxima obra de una filmografía tan peleada como es la de James Gray.
29. El Abrazo de la Serpiente (Ciro Guerra, 2015)
Que felicidad enlistar algo de producción de la patria sin necesidad de escudarme en «por incluir algo propio». Un largometraje que se sumerge en el profundo del amazonas, en búsqueda de cierta planta mientras ve los estragos de la colonización empresarial, de la conquista religiosa, de la necesidad de subyugar la naturaleza virgen, a la par que se sumerge en la mitología indígena más pura, en la vinculación del hombre con el universo a través de la madre tierra.
28. Sicario (Denis Villeneuve, 2015)
No me tiembla la mano para calificarla la mejor película de Denis. Si hay algo que no terminó de comulgar con el cineasta es su imperiosa necesidad de integrar algún giro de guión que no terminan de cuajar. Sicario no necesita de eso, sólo le basta la tensión, la dura prueba de una joven policía, la cruel y sanguinaria lucha contra el narcotráfico, el retumbar de una banda sonora para poner los nervios de punta, de no poder sentirse seguro.
27. Nightcrawler (Dan Gilroy, 2014)
Me fascina Jake Gyllenhaal, la dedicación y energía que le impregna a cada personaje, lo vuelve único, creíble y temible en la duración del largometraje. Y el sociópata de Lou Bloom le vino perfecto. Sobre un sector no explorado, nos invita a formar parte de la misantropía de su protagonista, de horrorizarnos y fascinarnos por la inmoral tenacidad que es capaz de alcanzar una persona.
26. Contagion (Steven Soderbergh, 2011)
Podría pensarse que la situación actual me llevó a reevaluarla o parecido, pero desde que la vi hace 8 años siempre la defendí como una de las mejores películas del tema. Y ahora el tiempo le ha dado la razón. Scott escribió uno de los guiones más certeros, llena de actitudes prismáticas en una situación extrema, con el acercamiento científico y sociológico que unos cuántos calificaron de exagerados, que hoy sabemos quedo corto.
25. Whiplash (Damian Chazelle, 2014)
Damian hizo 3 películas esta década y casi estuvieron a punto de entrar todas, First Man se quedo a puertas, afortunadamente las otras 2 tenían aseguradas muy arriba sus posiciones. Whiplash, nuevamente, relato de obsesión, es la más extrema de las mencionadas. Con un tiránico J.K. Simmons y un dedicado Miles Teller, el cuál es llevado al límite con tal de alcanzar su sueño, si está dispuesto a sacrificar su vida social, si trabajará hasta perder la salud, si lo perderá todo, para lograr un frágil futuro, para ser capaz de escuchar el aplauso del público.
24. The Life of Pi (Ang Lee, 2012)
Genuinamente, es una de las experiencias más audiovisuales que nos han regalado estos 10 años. El trabajo de Lee como director es impresionante, desde la elección del equipo a la altura del reto, ser capaz de juntar a tantos talentos, para guiarlos en su visión tan clara y pulida de un complicado guión. Su enfoque como viaje espiritual donde el protagonista aprenderá de sí mismo a través de la superación de numerosos obstáculos, no sería lo mismo sin los numerosos y muy coloridos efectos que le acompañan. Es cierto que la imaginación es una poderosa herramienta, pero cuando el plasmado artístico es capaz de equiparla, es ahí cuando sabes que no fue un largometraje cualquiera.
23. Shame (Steve McQueen, 2011)
El sexo es placentero, excepto cuando deja de serlo. McQueen con un actor de tan alto voltaje como es Fassbender, logra que las escenas sexuales sean el punto bajo del protagonista, una cárcel que le arrastra a un abismo de incapacidades e inseguridades, no son agradables de ver, es una necesaria visión cruda de un problema tan real como fatídico. Una de esas películas que sólo se quisieran ver una sola vez.
22. Tinker Tailor Soldier Spy (Tomas Alfredson, 2011)
Si alguna vez te has preguntado como sería una auténtica película de espías, Tomas te tiene la respuesta. Sus personajes son veteranos de una guerra vieja, sólo quedan resentimientos, conjeturas y recuerdos. Con uno de los guiones más cuidados, cuidadosamente ensamblado, de ritmo cronométrico, elegancia en sus presunciones y admirables razonamientos, es un relato de fuego lento, de sobrado sabor. (Y Oldman está inmenso).
21. The Master (Paul Thomas Anderson, 2012)
Cuando mi mejor amigo y yo realizamos nuestras quinielas sobre quienes deberían ganar el Oscar, una de las que más coincidimos y defendemos es el Oscar a mejor Actor para Adam Driver. No es porque ni muchísimo menos Joaquin haga un mal Joker, lo hace genial, pero, su auténtica locura la tenemos en The Master, ni modo, estaba mejor dirigido. Hoffman como una sombra gigantesca, un gran hermano que conoce tus acciones, te embauca con tus deseos, presente en tus pensamientos. Numerosas interpretaciones de que verdaderamente trata, personalmente mi preferida es dimensionarla como el nacimiento de un culto, no necesariamente la cienciología, sólo una alabanza a una personalidad poderosa pero difusa, a quien dedicarías toda tu atención hasta consumir lo que queda de cordura.
20. The Grand Budapest Hotel (Wes Anderson, 2014)
Y en línea con las películas más bonitas de la década. Que gran ojo el de Anderson para las paletas de colores, podría tomarle un pantallazo a cualquier minuto y parecería un cuadro de lo más de elegante. Escenarios de ensueño, en una historia nostálgica, de amistad y lealtad en una Europa fascista, desgarbada, aunque la hermosura parece no demostrarlo. Relato contado a través de relatos, es un pequeño y tierno cuento que pertenece a otros cuentos.
19. Spiderverse (Persichetti & Ramsey & Rothman, 2018)
LA MEJOR PELÍCULA DE SUPERHÉROES DE LA HISTORIA. Ok, la última declaración merece ser dividida en dos apreciaciones, por un lado está la película de Superhéroes y por otra la película sobre Superhéroes. Así digamos la mejor «de» está entre Spiderman 2 y Dark Knight (depende de como me haya levantado), pero sin duda la mejor «sobre» es la apuesta animada de Sony de 2018. Con un agregado, es la visualmente más parecida a los cómics, un imparable viaje de casi 2 horas que se sumerge en colores, técnicas, implacables secuencias, absorbentes formas, en un narrativa con corazón, que no teme perder los estribos de lo que parece ser factible mientras aborda diversas temáticas, capaces de llegar el mismo punto, de dar el mismo mensaje, sobre el valor de la máscara.
18. Silence (Martin Scorcese, 2016)
Me fascinan las películas religiosas, algo acorde a mi formación católica y ávido interés por los aspectos teológicos e históricos de la iglesia. La tercera epopeya religiosa del director es una introspección sobre la fe, puesta a prueba en constantes amenazas, en tierra pagana. Con comentarios sobre la evangelización y la religiosidad, siempre mantiene el rumbo sobre que dedicación tienen sus militantes. Apoyado en un metraje largo, con imágenes cuasi místicas, la confrontación de un hombre que no renuncia al reino de Dios.
17. The Tree of Life (Terrence Malick, 2011)
Otra religiosa, o algo así. Pocas veces se ha visto una épica experimental sobre una trama tan abstracta como la existencia, el tiempo, las memorias, el futuro, en resumen, el significado de la vida. No es como si Malick nos diera respuesta, más bien sugiere, deja al espectador para que concluya a partir de lo que ha visto, la formación de una familia, de la tierra, hasta del universo. De como la vida es fútil, de como la vida es grande, del respiro de la existencia, de la eternidad del momento.
16. Nocturnal Animals (Tom Ford, 2016)
Es curioso como un tema y vía narrativa tan común históricamente como es la venganza pueda tener otro giro de tuerca, una venganza simbólica. No quiero desentrañar más porque la sorpresa que tuve al verla, y la sensación que se me quedo en el cuerpo una vez terminada, son reacciones que recomiendo experimentar. Sólo me queda nuevamente el alabar a Gyllenhaal, un actor como pocos.
15. Marriage Story (Noah Baumbach, 2019)
El mejor título posible para una declaración directa, es sólo una historia más, no hay grandes giros, características, excentricidades, detalles, sólo es lo que aparenta. Una historia como millones que hay en el mundo sobre una relación que no ha funcionado, testigos de una separación dolorosa, de la despedida de una etapa. Y no necesitaba ser algo más, su logro de cercanía e intimidad es el mayor tesoro.
14. Agassi (Park Chan-wook, 2016)
Narrativa de capas, giros y engaños entre 3 marcadas personalidades, utilizando de escenario a una Corea ocupada por los Japoneses. Dinámicas de personaje dignas para estudio, interacciones todavía más interesantes, en un contexto y trasfondo tan exótico como la arraigada sexualidad oriental. Provocativa, sólida, armónica, con cada elemento en su punto, de una trama que no sabes a donde te llevará pero no te molesta dejarte llevar.
13. The Girl with the Dragon Tatto (David Fincher, 2011)
Adaptación americana de la primera parte de la trilogía Besteller Millenium, específicamente de «Los hombres que no amaban a las mujeres». La que sería el comienzo de una trilogía R de alto presupuesto, terminaría siendo lastimosamente sólo de la primera parte (igual es el mejor libro). Rooney Mara irreconocible, Daniel Craig en su mejor forma, Fincher usando presupuesto en fotografía, animadas secuencias abstractas, en guiar al espectador en un fascinante misterio con implicaciones cada vez más oscuras.
12. Toy Story 3 (Lee Unkrich, 2010)
(Se le recomienda al lector que «Por favor, hágase un favor y acceda a acordar que Toy Story 4 no paso» Gracias por su colaboración).
El epílogo sobre los personajes más importantes de Pixar es todo lo que esperaríamos de un cierre. El fin de un ciclo temático y narrativo coherente con el mensaje dicho y repetido desde la primera película, lo tiene todo, crecimiento de personajes, nuevas y agradables incorporaciones, un final al que me fue imposible no sentir el reflejo de lágrimas, una despedida de quienes sentí como mis cercanos compañeros. Un poderoso, «Adiós, vaquero».
11. Drive (Nicolas Refn, 2011)
Ryan Gosling es The Driver, un experimentado conductor que es doble de riesgo en películas de acción, al menos durante el día. Refn firma una película atemporal, porque su historia parece no existir en tiempo o lugar alguno, es un instante suspendido en la eterna sensación del sueño, de las luces de una ciudad nocturna, de canciones electrónicas para ambientar una oníria existencial, de la sangre y tripas brillantes. De sentir que estamos viendo algo que parece nunca haber pasado.
10. Once Upon a Time in Hollywood (Quentin Tarantino, 2019)
Los últimos adjetivos que imaginaba para describir a Tarantino eran delicado y sentimental, de ahí la sorpresa tras la última película. Cuanta emoción sentíamos al ver su impresionante reparto y recuerdo lo decepcionados que parecían muchos porque no es el Quentin de siempre, tienen razón, es otra persona notablemente cercana al retiro que aún así no puede dejar de ser Tarantino porque nadie hace referencias culturales como él. Larga, de silencios, de palabras no dichas, de recuerdos, y encima, con una esperanza al final, de una luz sobre como mejores épocas parecen venir, aunque seamos ignorantes si será o no así. (Papelazos para todo el reparto, sobre todo el dúo protagónico).
9. Gisaengchung (Boon Joon-ho, 2019)
El fenómeno imparable que rompió la última barrera cultural, el triunfo a mejor película en los Oscar. Y en especial no estamos refiriéndonos a una sobrevaloración, sino al más justo de los concensos. Las diferencias sociales, la hipocresía de la sociedad, el como siempre hay alguien más arriba y más abajo, una narrativa en capas que va de un género a otro sin perder ritmo, coherencia ni identidad, es más, la última se define precisamente por la variable que es. Por la gran apuesta a una historia dolorosamente universal.
8. Manchester by the Sea (Kenneth Lonergan, 2016)
Casey Affleck nos dio el mejor papel masculino de la década. Sin duda de las obras más tristes, su trama lenta sobre una pérdida no superada, una depresión absorbente que el protagonista desconoce como escapar, reflejada en las más simples miradas, en los más pequeños gestos, todo en una atmósfera gris y porteña. Es un grito de silencio.
7. Room (Lenny Abrahmson, 2015)
Turno de la mejor actuación femenina de la década. Brie Larson sorprendió con una impecable actuación de un papel increíblemente complicado como es una madre amenazada, que ha de mantenerse altiva por el bien de su hijo. Una obra dividida en dos secciones, a primera vista sólo el comienzo puede pasar como la interesante, pero una vez reflexionado, se reconoce como de mayor valor todas las inferencias y actuares de su segunda parte. Apoyada en una figura femenina inconfundible, con una atmósfera claustrofóbica, sobre un hecho que transforma radicalmente la vida de cualquiera.
6. Mad Max: Fury Road (George Miller, 2015)
¡ATESTIGÜENME! ¡JOVÉNES, VIEJOS!¡PAGANOS Y CREYENTES! ¡SE HAN TESTIGOS DE ESTA HAZAÑA! ¡DEL LOGRO! ¡DE LA FURIA DE LOS MOTORES! ¡DE LA DESTRUCCIÓN POR MÁQUINAS INVEROSÍMILES! ¡OBSERVEN AL DESIERTO INFINITO! ¡ANHELEN EL AGUA SAGRADA! ¡TEMAN ANTE FURIOSA! ¡NO CONFÍEN EN MAX! ¡AQUÍ SÓLO ERES VELOCIDAD! ¡ATESTIGÜENME! ¡HOY VOY AL VALHALLA!
5. La La Land (Damian Chazelle, 2016)
Ya había avisado de su presencia, y es que me parece admirable como Chazelle logró darnos un musical como no había sucedido hace años, a la altura de los mejores de la historia. Hollywood actual en una estética clásica, un romance típico pero potente, con tremendas y pegadizas canciones, deslumbrantes coreografías, ritmo firme, personajes queribles y un final que golpe fuerte a todos los débiles de historias románticas. Yo en toda regla, es decir, como no sucumbir ante esas sonrisas.
4. Zero Dark Thirty (Kathryn Bigelow, 2012)
Bigelow es mi directora occidental preferida, siempre tiene la particularidad que veo alguna de sus películas y pienso «estuvo bien», para luego, después de mi cabeza rumiarla constantemente, dar con que fue una absoluta barbaridad. ZDT no fue la excepción, sencillamente al pensar en las mejores bélicas de los últimos años me llegó a la cabeza. Como no admirar su cuidado ritmo, su pulso para guiar la mayor caza humana que ha habido, el cómo pudo haberse pérdido en patriotismos pero se mantiene firme en mostrar lo inhumano de ambos bandos, de Jessica Chastain sumergida en una poderosa presión, un final anticlimático, como debía ser el ansiado asesinato.
3. The Social Network (David Fincher, 2010)
Nuevamente Fincher, porque sólo él con un guión de Aaron Sorkin darían con una biopic capaz de superar a cualquier otro Thriller. Andrew garfield, Justin Timberlake, Jesse Eisenberg, la fundación de Facebook, nadie esperaba que fuera tan emocionante. No importa que tanto sea verdad, los engaños, traiciones y codicias, todo en una banda sonora que lo impregna, no para de retumbar. Un viaje de orígenes para ser uno de despedidas, el amanecer de quien sería uno de las figuras esenciales de la década. Méritos especiales para el tráiler con una versión de Creep, inmejorable.
2. The Irishman (Martin Scorcesse, 2019)
Las películas crepusculares se cuentan con los dedos de las manos. El final del género Ganster de la mano quien debía, quien es el padre de Mean Streets, Casino y Goodfellas. con los actores que debían: DeNiro, Pacino y Joe Pesci, con el enfoque que debía. Su narración es triste, de jubilados, viejas leyendas criminales convirtiéndose en lejanos recuerdos, es el cierre de todas las narrativas y temáticas del género. Una dolorosa despedida, y sin embargo, necesaria. Desconozco cuáles será su próxima o si acaso habrá alguna, y no importa, ya ha logrado lo que debía, despedirse del universo que el ayudo a consolidar.
1. The Big Short (Adam McKay, 2015)
Se repite constantemente el sagrado principio de este oficio «cuenta, no muestres» en cada vídeo ensayo o reseña. Por supuesto que estoy de acuerdo, pero ¿Qué pasa cuando no es así? ¿Cómo muestras los hechos más abstractos? La economía no es un tema para cualquiera, podrás dar por entendido uno que otro concepto, más si quieres dominarlo, hijo, tienes que estudiarlo. Adam lo sabe, sabe que el público es imbécil, desconoce del sector que gobierna su vida y que aún así ignora a fondo. La única forma de explicar algo tan denso como la crisis económica de 2008 sólo puede hacerlo rompiendo al principio sagrado, regodeándose en decirle al espectador como puede ser tan idiota, utilizar celebridades para ver si así entiende esos conceptos que parecen de idiomas arcaicos. Y sólo es la envoltura. De contenido, el capitalismo al desnudo, el éxito de los inmisericordes, caída en domino de estructuras aparentemente inamovibles, las almas desoladas de quienes creían tener todo bajo control, lo dice uno de los personajes «esperábamos… adultos». ¿Biográfica? No ¿Económica? De pronto ¿Terror? Y del más profundo, porque en verdad, ocurrió, y volverá a pasar.
Que agradable y divertida experiencia escribir este top, muchos recuerdos, casi con cada puesto me venía algún hecho. Han sido 10 largos y cortos años, muchísimas quedaron por fuera, y quien sabe que opinaré de estas posiciones en 10 años. Lo importante es haberlas escrito, dejar una prueba de lo que me ha significado todas estas experiencias. Por supuesto que las recomiendo a cada una, y así mismo leeré cualquier recomendación. Grandes escenas, grandes momentos, únicas experiencias.
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